Sospecha que mujer que arrienda alpacas usó a su hijo para hacerlo
Vinicunca, más conocida como la Montaña de Siete Colores, recibe a miles de visitantes cada año. Su fama se sostiene en fotografías y relatos que viajan por el mundo. Pero detrás de la imagen turística, surgen preguntas sobre la seguridad de quienes la recorren.
Un ciudadano chileno que reside en Australia llegó hasta el Cusco con la expectativa de recorrer un atractivo único. Lo hizo siguiendo las recomendaciones de un tour local que lo citó a las seis de la mañana, en compañía de su pareja. A lo largo del trayecto, avanzó por caminos que combinan tierra y roca hasta llegar a la cima alrededor de las siete y cincuenta de la mañana. En ese lugar, el ambiente parecía seguro: turistas tomaban fotografías y mujeres ofrecían llamas para posar con ellas.
Horas después, esa experiencia tomó un giro inesperado. Según consta en documentos oficiales obtenidos por Infobae Perú, en un momento mientras se preparaba para una foto, el visitante dejó su canguro en el suelo, apoyado junto a unas rocas. Sin darse cuenta, perdió de vista sus pertenencias. Minutos después, al intentar seguir el recorrido hacia otra zona elevada de la montaña, descubrió que el canguro ya no estaba. La sorpresa dio paso a la preocupación, pues dentro guardaba objetos y documentos indispensables.
LA DENUNCIA Y LOS HECHOS DESCRITOS ANTE LA POLICÍA
El hecho quedó registrado en la Oficina de Ivestigaciones de la Comisaría de Turismo de Cusco. A las 09:47 del 7 de julio, el denunciante se presentó para ampliar su declaración. En el documento consta que llegó a la ciudad el 29 de junio con planes de regresar el 9 de julio.
Ratificó la denuncia interpuesta el 6 de julio y añadió detalles sobre el hurto. Indicó que, al revisar sus fotografías, observó a un niño pequeño guardando el canguro entre las pertenencias de su madre, una mujer que ofrecía llamas a los turistas. “Quisiera ampliarla y denunciar que fui víctima de hurto de mis pertenencias”, indicó ante el instructor.
Según su declaración, el canguro sustraído era de color negro, y contenía su pasaporte, su cédula de identidad, licencias de conducir chilena y australiana, tres tarjetas bancarias, 315 soles, 10.000 pesos chilenos y 40 dólares americanos, además de audífonos Apple, perfume, una tarjeta SIM, llaves y recuerdos personales. El hurto ocurrió alrededor de las ocho de la mañana del 6 de julio, mientras realizaba su visita en Vinicunca. El denunciante detalló que al notar la pérdida, descendió rápidamente con ayuda de un guía.
Recorrió cada puesto de venta, preguntó a comerciantes y revisó el estacionamiento. Intentó rastrear sus audífonos mediante GPS y la última ubicación señalaba la zona donde había mujeres con llamas. Tras informar al líder de los guías, este lo llevó nuevamente a la cima en motocicleta para continuar la búsqueda. “Después de no haber encontrado, bajé con un guía y pregunté puesto por puesto de los vendedores hasta en el estacionamiento donde busqué la última ubicación de mis audífonos”, se lee en su manifestación. A pesar de los esfuerzos, el canguro no apareció.
En el registro de la Policía Nacional del Perú, figura la denuncia verbal presentada el 6 de julio a las 19:03. El comandante a cargo certificó que la información ingresó en el Sistema Informático de Denuncias Policiales. Allí se detalla la lista de objetos reportados y el lugar exacto del hurto: la Montaña de Siete Colores.