El Gobierno, dirigentes locales y el Frente de Defensa alcanzaron consensos que aseguran transporte turístico y normalidad en el ingreso a la ciudadela inca
Tras más de ocho horas de intensas negociaciones y varios días de incertidumbre, el acceso a Machu Picchu vuelve a la normalidad. El viceministro de Gobernanza Territorial, Francisco Gavidia, confirmó que se llegó a tres acuerdos iniciales entre el Ejecutivo, dirigentes comunales y representantes del Frente de Defensa de los Intereses de Machu Picchu, poniendo fin al paro indefinido que afectaba al turismo desde el pasado 14 de septiembre.
Paro indefinido en Machu Picchu llega a su fin
La Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) informó que una comitiva del Ejecutivo viajó hasta la zona para entablar el diálogo con los dirigentes. Entre los principales pedidos figuraba el ingreso de 18 buses de la empresa San Antonio de Torontoy, concesionaria de la ruta Hiram- Bingham, que conecta Aguas Calientes con la ciudadela arqueológica.
El viceministro Gavidia lideró las conversaciones y fue pieza clave en alcanzar compromisos iniciales que garanticen orden y transparencia en las operaciones turísticas. Según se explicó, el plan de contingencia acordado será implementado en los próximos días para prevenir que la situación se repita en el futuro.
Autoridades locales como puente de consenso
El alcalde provincial de Urubamba también jugó un rol crucial en la resolución del conflicto. Su presencia resultó vital, dado que el municipio tiene responsabilidad directa sobre la concesión de la ruta Hiram-Bingham, foco de la controversia.
La coordinación entre gobierno central y autoridades locales permitió alcanzar un consenso más sólido. Este proceso es visto como un paso hacia una gestión más articulada en el acceso a Machu Picchu, resaltando la importancia de la participación municipal para dar estabilidad a un destino turístico tan sensible para el Perú.
Advertencia internacional y presión externa
Durante los días de paralización, la organización suiza New7Wonders —responsable de otorgar el título de maravilla mundial a Machu Picchu— expresó su preocupación por la falta de acciones estatales. El pronunciamiento internacional generó presión adicional sobre el Estado peruano para dar una solución rápida.
La PCM respondió señalando que las medidas acordadas forman parte de una estrategia de contingencia diseñada para proteger tanto la experiencia de los visitantes como la integridad del patrimonio arqueológico. Además, se adelantó que la implementación será monitoreada para garantizar resultados efectivos.


