Para proteger el valioso patrimonio inca, la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco ha implementado estrictas restricciones
La escenificación del Inti Raymi 2025 vuelve a reunir este martes 24 de junio a miles de espectadores en Cusco. Este evento sagrado, también conocido como la Fiesta del Sol, recrea los rituales incas en honor al dios Inti, asociado a la renovación anual y a la fertilidad de la tierra.
Aunque fue prohibido en la época colonial, desde 1944 resurgió como obra teatral en sitios clave como el Qorikancha, la Plaza de Armas y la imponente fortaleza de Sacsaywaman.
La jornada comienza con una ceremonia en el Templo del Sol (Qorikancha), donde un “Inca” ficticio invoca la presencia de Inti ante el público. Luego, una procesión atraviesa la ciudad hasta la Plaza de Armas, donde se escenifica el encuentro con autoridades actuales, imitando la unión de los cuatro suyos del imperio inca.
El acto culmina por la tarde en Sacsaywaman, donde se realiza el ritual central: ofrendas, llamamientos, chicha ceremonial y la simbólica ceremonia del fuego y de la llama, en lo que representa la cúspide de la recreación histórica.
Esta manifestación cultural, que combina espectáculo y tradición, está declarada “Patrimonio Cultural de la Nación” y convoca a locales, turistas y autoridades. El evento se enmarca dentro del mes jubilar del Cusco, que revitaliza las raíces y fortalece la identidad andina.
Prohibiciones en Saqsaywaman durante la escenificación
Para proteger el valioso patrimonio inca, la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco implementa estrictas restricciones en Saqsaywaman:
• Prohibido el acceso a zonas delicadas: áreas como Chincana Grande, Cocha, los Baluartes, Calispujio y Puqro están delimitadas con cintas restrictivas e información para impedir el paso del público.
• No se permite subir a los muros: así se busca evitar dañar las estructuras milenarias.
• Queda terminantemente prohibido hacer fuego, arrojar basura, pintar o dejar grafitis sobre las piedras arqueológicas.
• Se excluye ingreso a zonas restringidas, señaladas visiblemente por personal de seguridad.
• Uso de cámaras de videovigilancia: al menos ocho dispositivos monitorearán puntualmente las áreas críticas
Unos 500 profesionales, entre el equipo de cultura, personal del parque, Policía Nacional (PNP), Bomberos y la Cruz Roja, custodiarán el sitio para garantizar el bienestar del público y proteger las ruinas. Tras la ceremonia, se exigirá la salida ordenada del público para facilitar la limpieza y restauración del lugar.