Una periodista brasileña reveló que la alta demanda del Circuito 2 ha propiciado un mercado clandestino de accesos en la ciudadela inca, donde los visitantes pagan hasta 10 dólares para cambiar de recorrido
Una de las maravillas arqueológicas más visitadas del mundo, Machu Picchu, sigue enfrentando denuncias de corrupción en su sistema de acceso. Una periodista del medio brasileño Folha de S. Paulo relató su experiencia, señalando que algunos guardias de seguridad y guías turísticos ofrecen ingresos irregulares a las rutas más codiciadas dentro de la ciudadela.
El santuario arqueológico, que recibe hasta 5,600 visitantes diarios en temporada alta, cuenta con un esquema de acceso basado en tres circuitos, divididos en diez recorridos distintos. Sin embargo, las rutas más demandadas, especialmente las del Circuito 2, suelen agotarse con rapidez. Esta situación ha impulsado prácticas irregulares en las que algunos trabajadores facilitan accesos no autorizados a cambio de pagos adicionales.
Cuando visitó el sitio arqueológico relató que fue abordado por un guía que le propuso trasladarlo del Circuito 1 al Circuito 2 por un pago de 10 dólares (casi 37 soles). La transacción, según se reporta, debía realizarse directamente con un guarda- parques.
Un mercado clandestino de accesos exclusivos
El año pasado, 981.000 turistas visitaron Machu Picchu, distribuyéndose entre los circuitos disponibles. La popularidad del Circuito 2 radica en que permite capturar la icónica vista panorámica de las ruinas, convirtiéndolo en el más solicitado. Ante la alta demanda y disponibilidad limitada, ciertos empleados encontraron la oportunidad de ofrecer accesos indebidos.
Dos guías turísticos entrevistados por el medio brasileño indicaron que este esquema es una práctica común, facilitando el acceso a visitantes que no lograron adquirir boletos para las rutas más populares. Según señalaron, los pagos irregulares pueden realizarse en efectivo o mediante aplicaciones de transferencia electrónica, como Yape o Plin.
El cambio de circuito sin autorización es ilegal y puede derivar en sanciones severas. En enero, un guardia de seguridad fue sentenciado a cinco años de prisión por permitir el ingreso de un turista a un circuito no autorizado a cambio de 100 soles. La condena fue modificada a 261 días de trabajo comunitario y el pago de una multa de 4.589 soles, además de quedar inhabilitado para ejercer funciones públicas por cinco años.
El turista involucrado también enfrentó sanciones. Recibió una sentencia de tres años y cuatro meses de prisión suspendida, sujeta a presentación periódica ante las autoridades, además del pago de una multa de 6.333 soles.
Falsificación de boletos y estafas en Cusco
El problema de las prácticas irregulares no se limita al interior del santuario. Autoridades detectaron una presunta red criminal dedicada a la falsificación de boletos de tren y la venta de paquetes turísticos fraudulentos en la región de Cusco. La Policía Nacional del Perú (PNP) reportó al menos tres denuncias en lo que va del año, afectando a turistas provenientes de Lima, Ica y Huancavelica.
Los boletos falsificados fueron identificados por personal de supervisión de la empresa ferroviaria Peru Rail, lo que permitió alertar a las autoridades. Según las investigaciones preliminares, los afectados adquirieron los tickets en puntos de venta informales ubicados en lugares concurridos como el aeropuerto Alejandro Velasco Astete y la Plaza Mayor de Cusco.
El Ministerio de Cultura anunció que reforzará los controles de acceso en Machu Picchu, capacitando a 90 guardias del parque e instalando diez cámaras de vigilancia en puntos estratégicos. Estas medidas buscan frenar las prácticas irregulares y garantizar el cumplimiento de las normas establecidas para la conservación del sitio arqueológico.