Los restos de la víctima fueron trasladados a la morgue central de la ciudad imperial para realizar la necropsia de ley e iniciar las investigaciones pertinentes
Una turista de 81 años falleció la mañana del 10 de setiembre después de descompensarse repentinamente mientras visitaba el Parque Arqueológico de Sacsayhuaman. El fiscal de Turismo, Rubén Villena, informó que la adulta mayor, identificada como Bartola Zambrano y procedente de Huánuco, estaba acompañada de su hijo, su nuera y su nieta cuando comenzó a experimentar una repentina falta de oxígeno en el sector Pucro, una de las áreas interiores del emblemático sitio turístico.
La familia de la víctima señaló a las autoridades que habían llegado al Cusco el día anterior y que la adulta mayor no tenía ningún diagnóstico de enfermedad y gozaba de buena salud antes de su viaje. “Preliminarmente, hemos hablado con los familiares y mencionan que gozaba de buena salud. Entiendo que se sintió mal, que le faltaba oxígeno y llamaron a una ambulancia… Obviamente, una ambulancia hasta acá va a demorar de 20 a 30 minutos”, relató el fiscal Villena.
Pese a los esfuerzos realizados, la abuelita falleció al interior de una ambulancia de una clínica local mientras recibía atención médica de emergencia. El representante del Ministerio Público señaló la falta de un puesto de auxilio inmediato cerca del Parque Arqueológico de Sacsayhuaman, lo que complica la respuesta oportuna a emergencias de salud que puedan afectar a los visitantes.
El incidente ha causado conmoción entre los turistas y locales presentes en el lugar, resaltando la necesidad de contar con servicios médicos más accesibles en áreas de gran afluencia turística. Las autoridades continúan las investigaciones para esclarecer las circunstancias exactas de la muerte de la turista y analizar las medidas necesarias para mejorar la atención de emergencias en sitios turísticos clave de la región.
Tres turistas fallecieron entre julio y agosto
Cusco se ha convertido en un destino de alta concurrencia para turistas nacionales y extranjeros. Sin embargo, en julio y agosto, la ciudad imperial ha sido escenario de tragedias, con varias personas falleciendo por paro cardíaco, algunos sin recibir atención médica inmediata debido a la falta de instalaciones cercanas.
El caso más reciente ocurrió a mediados de agosto cuando Blas Luna Gonzales, un turista mexicano de 72 años, sufrió una descompensación y cayó mientras tomaba una fotografía en Tres Portadas. Según el certificado de defunción, Luna tenía condiciones médicas preexistentes.
El 20 de julio, Carlos Jorge Rubinstein, un turista argentino de 59 años, falleció al desplomarse abruptamente mientras visitaba el complejo arqueológico de Ollantaytambo. La Policía Nacional del Perú (PNP) informó que Rubinstein no presentaba signos de violencia, sugiriendo una posible descompensación, aunque las causas exactas de su muerte aún no se esclarecen.
El 29 de julio, durante las celebraciones por las Fiestas Patrias del Perú, el cuerpo sin vida de Andrew David Wiseman, un turista estadounidense, fue hallado en Cusco. Sus restos fueron encontrados a orillas del río Chongo Chico en la comunidad de Cuyo Chico, en el Valle Sagrado de los Incas. Policías locales detallaron que Wiseman estaba en suspensión completa, sujeto del cuello con un cable negro, y su fallecimiento se diagnosticó preliminarmente como “ahorcamiento autoinfligido”. La fiscal ordenó el traslado del cuerpo a la morgue central para la necropsia de ley.
Los tres incidentes han recibido atención mediática y han suscitado preocupación sobre la disponibilidad de servicios médicos adecuados en zonas turísticas concurridas de Cusco.